Esperando[Bellatrix Black]

OFF: Ya que has puesto que saliste el año pasado... te sigo llamando Tom aún, ¿vale?

Había recibido el mensaje de Tom días antes de comenzar el curso en Hogwarts, anunciandome que rondaría los alrededores de Hogwarts, ya que Albus Dumbledore le había negado el puesto de profesor en Defensa Contra las Artes Oscuras. Resoplé, maldito Dumbledore... no debería tener el puesto que tiene. Tan buenazo... arrugé la nariz. Ya empezaba a refrescar, y al ser casi de noche hacía bastante frío.
Me arrebujé en mi capa de Slytherin mientras buscaba a Tom por los alrededores, donde se suponía que debía estar. No tardé en ver su figura al fondo del puente del colegio.

-Tom -dije inclinando un poco la cabeza, en señal de respeto una vez me hube acercado lo suficiente.

Volví a alzar el rostro, para mirarle. Fruncí el ceño ante todo lo que decía. ¿Me dejaba al cargo de el resto de los mortífagos? me entristecí un poco, pues había pensado que ahora que andaría por los alrededores podría seguir viéndolo, pero al parecer eso no iba a ser posible. Intenté ocultar mi decepción, pero lo cierto es que no se si lo coneguí. También me pregunté que era lo que se proponía. ¿Reptiles?

-Entendido -contesté sumisa asintiendo con la cabeza -Por la lechuza o el método chimena -pensé -necesitaríamos una lechuza diferente... por precaución, pienso yo, ¿no crees? es mejor no arriesgarse y que no sepan de quien es si los asuntos que vas a atender son... peliagudos. Podría haber interferencias.

Quise preguntarle que era lo que se proponía exactamente, pero no sabía si eso sería lo correcto.

Me apresuré en negar con la cabeza rápidamente.

-Nada, Tom, nada -dije quitándole importancia -Si... lo cierto es que la muerte de Myrtel fue algo bastante inoportuno, si me permites decirlo -con tono apaciguador -Dumbledore es astuto. Sinceramente creo que si hubieras llegado a entrar en el colegio tendrías menos libertad de movimientos... él no te quitaría los ojos de encima despues de eso.

Le miré, pero tardé unos minutos antes de hablar. Me froté los brazos bajo la capa.

-Si no es mucha indiscrección... has dicho que no harás nada prohibido. ¿Puedo...saber cuales son tus actuales planes? -pregunté suavemente -Sabes que nunca diría nada -me apresuré a decir.

Asentí con la cabeza, mirando al suelo y me mordí la lengua. No debería haberlo preguntado, no debería haberlo preguntado...

-Sí, Tom. Cumpliré con tus órdenes, como siempre. No tienes de que preocuparte de nada aquí -le dije mientras volvía a alzar la cabeza -Le comunicaré esto a Regulus y a Lucius, estarán encantados de acatar tus órdenes, ya lo sabes. Esperaré nuevas órdenes -entonces se me ocurrió algo, tal vez pudiese serle de ayuda...

-¿Quieres que vigile a Dumbledore mientras estás fuera? -le ofrecí.

Ese vejestorio siempre estaba tramando cosas y metiendo las narices donde no le metían. Obviamente no podía compararme con él, pero si que podía hecharle un ojo de vez en cuando... y tal vez sacásemos algo. Todo había que intentarse.

Sonreí cuando aprobó mis ideas, pero fruncí el ceño cuando dijo que el trabajo de vigilar a Dumbledore se lo había ofrecido a otra persona.

-¿Severus? -pregunté algo excitada, pero me mordí la lengua y no volví a interrumpir hasta que hubo terminado sus explicaciones. Volví a asentir, despacio -No se enterará de nada. Y si se enterase Sirius... yo misma me ocuparía de él -aseguré - Y si, te informaré... también de lo que me cuente Severus -entrecerré los ojos un momento, pensando -¿Aunque fallase en vigilar al profesor? no se puede fallar en eso... salvo con la traición -susurré.

-¿No confías en él? -pregunté frunciendo el ceño.

-Lo haré sin dudar-dije con firmeza. Ese traidor de Sirius... era mi primo, sí, y por mucho que dijese no me agradaba la idea de tener que matarlo yo, pero si era necesario, lo haría sin pensarmelo dos veces -Si... demasiado inteligente. Tiene ojos en cada habitación del colegio.

Cuando dijo lo de que esperaba mucho de nosotros, sonreí en forma de agradecimiento.

-Gracias, Tom, y puedes seguir haciendolo -aseguré fervientemente. Estaba dispuesta a hacer lo que fuese, y por descontado que Rodolphus, Lucius, Regulus y Severus también. Todos eran de confianza... o eso creo -¿Cómo nos avisarás cuando vuelvas? ¿lechuza? -pregunté.

Le escuché sin interrumpirle hasta que terminó de hablar, y volví a asentir con la cabeza.

-¿Habrá un nuevo director? -pregunté frunciendo el ceño. ¿La zona mas oculta del castillo? me pregunté a que se referiría, pero aquella duda se quedaría sin resolver, pues no quería meterme donde no me llamaban, y si esas eran sus órdenes, tambien eran mis propios deseos.

Solté una exclamación.

-¡No! -susurré incredula, parpadeando -Pero... ¿eso no complicará las cosas, Tom? de esa manera Dumbledore tendrá mucho más poder y más cartas con las que jugar... y... y... -lo cierto es que no entendía por qué se algraba. Desde mi punto de vista, con Albus Dumbledore de director las cosas se complicarían, sin embargo, no me atrevía a cuestionar sus ideales.

Me sobresalté cuando dijo que había interceptado conversaciones de sus cercanos. ¿Eso quería decir que podría haber escuchado conversaciones de Severus, Regulus, Rodolphus o mías? me estremecí.

-Sí... cuando comiencen las Selecciones para las nuevas casas de los de primero -comenté. En principio debería estar allí, y me metería en un buen lío si llegaba tarde. Así que Dumbledore Director de Hogwarts... interesante -Sí -asentí -Y tengo la sensación de que no será pequeño.

Fruncí el ceño, pues no sabía a lo que se refería. No supe que más decir, por lo que me acerqué al puente y puse mis manos sobre este, mirando el agua del lago de la parte baja y pasando todo mi peso a los brazos.

-¿Cuando te irás, Tom? -pregunté inclinandome un poco. Comenzaba a anochecer, y se veían las luces del castillo y del comedor, donde seguramente no tardarían en comenzar las elecciones. Já, pensé. Tenía que ir a hacer mis fichajes... pobres sangre sucia de primer año. Como me lo iba a pasar...

Cuando quise darme la vuelta, Tom ya no estaba. Suspiré. Odiaba cuando se iba así, tan derrepente, pero no podía hacer nada.

-Adiós, Tom -le dije al aire, pues el ya no estaba.

Me arrebujé en la capa y fui hacia el comedor. Pronto comenzaría la Selección.