¿Que leches hago yo aqui? a si...(Bellatrix)

No de muy buenas maneras, había conseguido sonsacarle a los alumnos donde habían visto ir a mi hermana. Al parecer había bajado a los sótanos a saber para qué... ¡Maldita traidora! apreté tanto la mandibula que casi me hice daño. Abrí la puerta del sótano de golpe, haciendo que chocase contra la pared y rebotase hasta cerrarase, pero yo ya estaba dentro, justo detrás de Andrómeda.

-Tu -sisée entrecerrando los ojos.

Estos hechaban chispas, y la miraban sin una pizca de calor familiar, a diferencia de los días anteriores.

-Sucia traidora -escupí -Me mentiste. Nos has mentido -sisée mientras me acercaba a ella entrecerrando los ojos -¿Cómo te has atrevido? ¡Haberte ido con ellos desde el principio, como hizo Sirius! -me sentía completamente como una estúpida por no haberme dado cuenta antes. Las cosas que le contabamos, las cosas que le confiabamos... -Pero claro, te quedaste... ¿por qué lo hiciste? ¿temías nuestra ira o no te atrevías, querida hermana?

Cada palabra que pronunciaba me resultaba insultante, y entrecerré más los ojos.

-¿Y qué has estado haciendo todos estos años, Andrómeda? ¿eh? -le dije crispada -¿Pasarles información? ¿Intentar frenarnos? -apreté los puños -Nos has utilizado, hermanita, y eso se paga, ya lo creo -sonreí ferozmente -Como ya lo ha hecho tu querido... Theodore Tonks, creo recordar que se llamaba, ¿no es así? -me reí -Cómo se retorcía en el suelo sin poder hacer nada, como un gusano... delicioso, realmente delicioso

Solté una carcajada

-Ve buscando un lugar para pasar las vacaciones, si es que no vas a hacerlo ya con ese... sangre sucia -escupí -A mamá le romperás el corazón -dije con sarcasmo.

Un extraño sonido salió de mi garganta debido a la frustración y la empujé contra la pared, acorralándola y cogiéndola por el cuello mientras sacaba mi varita y se la colocaba bajo la barbilla. Siempre había tenido más fuerza que Andrómeda, aparte de porque yo había ejercitado este área junto con mis... amigos.

Apreté su cuello con fuerza

-Escúchame bien, asquerosa traidora -apreté más la varita contra su cuello -Como se te ocurra contarle esto a alguien... lo pasarás muy mal... sobretodo Teddy -dije con voz burlona pero cargada de ira -Seguro que te gustaría tener una laaarga conversación con Tom, o con Lucius o Cissy, o Severus, ahora que sabrán lo que eres... -sisée con mi mano aún en su cuello, apretando fuertemente.

¿Era cierto todo eso? sinceramente, no me lo creí.

-Querida, si eso hubiese sido cierto, yo estaría ahora en Azkaban por utilizar el cruciatos con tu amado Tonks... y tanto como le amas, habrías corrido a decírselo a Dumbledore, ahora que es Director -sisée y la solté -No me mientas, porque en este juego seré yo quien gane -me aparté de ella y la fulminé con la mirada -Tu y yo no tenemos nada más que hablar, pero ten en cuenta, Andrómeda, que tendrás más enemigos que amigos dentro y fuera del colegio... -me di la vuelta y abrí la puerta de un portazo -Y no, disculpame, pero no estás a mi altura ni para jugar

Volví a cerrar la puerta, y me fui de allí.